España se está recuperando de una reciente ola de calor

España sudó el domingo cuando su última ola de calor de verano, la cuarta de la temporada, hizo subir el mercurio, particularmente en el noreste y el sur del país.

Las temperaturas se dispararon en la mayor parte de la península, superando los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) en el noreste de Cataluña y Aragón, y llegando a casi 44C en partes del sur de la región de Andalucía, dijo la agencia meteorológica AEMET.

Los meteorólogos dijeron que la reciente ola de calor se debió a la intensa luz solar sobre una masa de aire cálido y estable, y la ola de calor también afectó a las principales cuencas fluviales de todo el país.

En Madrid, las temperaturas rondaron los 38 ° C, y muchos dijeron que las noches calurosas eran lo más difícil de soportar.

«Lo peor de una ola de calor es que no se duerme bien por la noche», dijo a la AFPTV Antonio Dart, de 69 años, en la Plaza Mayor de la ciudad.

«Durante el día puedes quedarte despierto y beber mucho, pero por la noche no puedes dormir y no te despiertas de buen humor».

Víctor Bernardo, un guía turístico de 33 años que sostiene un paraguas azul, estuvo de acuerdo.

«Los meses de verano en Madrid son un poco difíciles porque hace mucho calor y está seco, pero nos las arreglamos», dijo.

“Hay momentos en que el calor es aún más notorio en la noche que en el día, porque el calor se acumula en el suelo durante el día y se disipa en la noche”, dijo.

Se espera que el calor del lunes y martes dure hasta el jueves.

Desde el martes, cientos de bomberos luchan contra un enorme incendio forestal en la isla turística de Tenerife, en las Islas Canarias, que hasta el momento ha obligado a la evacuación de más de 12.000 personas.

Los incendios se produjeron después de que el archipiélago atlántico se viera afectado por una ola de calor que dejó secas muchas zonas.

Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis), 75.000 hectáreas (185.000 acres) de tierra se han quemado en España desde principios de año, después de un récord de 2022 de más de 300.000 hectáreas destruidas por incendios forestales.

A medida que aumentan las temperaturas globales debido al cambio climático, los científicos advierten que las olas de calor serán más frecuentes e intensas y tendrán un impacto mucho más amplio.

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